'ESTA VEZ ES DISTINTO: OCHO SIGLOS DE NECEDAD FINANCIERA'

    Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff intentan explicar el porqué de las crisis; en concreto porqué se dio la crisis de 2008 en Estados Unidos, que se extendió por el resto de Europa. Van tratando la historia económica a lo largo de 8 siglos, la cual se repite constantemente; los países van acumulando una excesiva de deuda, lo que conlleva grandes riesgos, hasta caer en una crisis y vuelta a la recuperación. Este problema se debe al síndrome ‘esta vez es distinto’, que da nombre al libro. Cada vez que los expertos se veían en situaciones dificultosas pensaban que esa vez no ocurriría lo de otras, pensaban ser más listos que los anteriores y haber aprendido la lección; pero no es así. El proceso de crisis se vuelve a repetir continuamente con un patrón similar, y los países caen en ella otra vez en los mismos errores hasta recuperarse.

              Esta vez es distinto - Ocho siglos de necedad financiera - -5% en libros |  FNAC 

            Existen varios tipos de crisis que se dan durante la historia, entre ellas las crisis de confianza, las crisis bancarias, las inflacionarias o las degradaciones monetarias. Las crisis de confianza son aquellas que se producen cuando los bancos aún con un fondo de deuda saludable le surgen problemas porque todos los depositantes desean retirar sus fondos al mismo tiempo. Del mismo modo, las crisis bancarias afectan a todos los países, ya sean emergentes o grandes potencias, demostrando de nuevo el error del pensamiento ‘esta vez es distinto’. 

Según Reinhart y Rogoff, un país puede contraer deuda externa e interna. La primera de ellas, se refiere a aquellos préstamos que el país contrae con una institución de otro país. Este tipo de deuda no se puede saldar deshaciéndose de los tesoros nacionales; de modo que a lo largo de la historia los países han recurrido a un sinfín de modos para saldarla, llegando incluso a retirar los recursos esenciales a su población. Una de las principales razones de morosidad suele ser la voluntad para pagar que tenga el país deudo, independientemente de la capacidad que tenga para hacerlo. Un ejemplo de esto, fueron España y Francia; quienes en el pasado eran grandes deudores, pero tenían grandes ejércitos, por lo que los inversionistas extranjeros difícilmente hubieran podido aspirar a recuperar su dinero por la fuerza. El impago de este tipo de deuda puede traer graves consecuencias negativas para el país deudor; entre ellas puede hacer que su reputación se vea dañada y con ellos trastocar su balanza de acuerdos y las alianzas de seguridad. Además, se verá afectada la IED (Inversión extranjera directa) y perderá flujos de transferencia de conocimientos, los cuales suelen ir acompañando a la IED. 


                                 
    A lo largo del libro, se muestran diversos gráficos en los que se ve cómo se suele dar una tregua después de las profundas crisis financieras internacionales. Los impagos comenzaron a aumentar con el inicio de la Primera Guerra Mundial y siguieron escalonado durante la gran depresión y la Segunda Guerra Mundial. Las décadas siguientes fueron relativamente más tranquilas hasta las crisis de 1980 y 1990. Con el paso del tiempo, se han ido mejorando los mecanismos para resolver las crisis en comparación con la antigua diplomacia cañonera; una evidencia de esto es que los episodios de impago en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial tuvieron una duración media que equivale a la mitad de lo que duraron entre 1800 y 1945. 


La deuda interna presenta una proporción considerable y muy significativa de la deuda total de los países. Sin embargo, es mucho más difícil de detectar el impago de esta que el de deuda externa. Existen dos posturas diferentes sobre el pago de dicha deuda. La primera de ella es el pago de la deuda con la emisión de una inflación de los precios; pero puede llevar consigo una serie de problemas sobre todo para el sector bancario y financiero. Además, los costos de la inflación traen sobre todo problemas cuando son a corto plazo; ya que el gobierno tiene que crear una inflación más agresiva para lograr una reducción de la deuda más significativa, dando lugar a la represión financiera. Por otro lado, se encuentran los defensores del impago como una solución aceptable en casos extraordinarios. Sin embargo, esto también puede traer consigo graves problemas para el país deudor como pueden ser la merma del crecimiento económico del país, la dificultad de acceder a los mercados de deuda para financiarse, la restricción del acceso al crédito y la reducción de las exportaciones a grandes rasgos.

En el libro se documentan datos sobre varias crisis a lo largo de la historia. Una de ellas fue la crisis de las hipotecas de alto riesgo en EEUU en 2007. Los causantes de dicha crisis fueron la burbuja inmobiliaria y el alza de los precios de la vivienda. La posesión de hipotecas basura por parte de los bancos se convirtió en un problema cuando los inversores empezaron a desconfiar de la situación, puesto que no disponían de suficiente liquidez. Los expertos pensaban que su sistema financiero superior al resto   podría resistir sin problemas los flujos masivos de capital; llegando a pensar de nuevo que ‘esa vez era distinto’; siendo una vez mas una afirmación errónea. 

 

‘Esta vez es distinto: ocho siglos de necedad financiera’ hace una crítica a la forma de afrontar las crisis los países. Según ellos, la manera de caer en ella es siempre la misma, pese a ello los economistas vuelven a caer en los mismos fallos una y otra vez; creyéndose que su sistema financiero será superior al de antes. 


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